.·.En lo negro de la noche nació el fuego
del fuego se desprendió una llama,
que alejada por el viento formó el sol
el sol lo iluminó todo, creando el cielo
el cielo, cuando la primera noche,
pensó que el sol ya no volvería
y temblando de miedo en la oscuridad
lloró
y así se formaron las aguas.·.
.·.Cielo azul sobre nosotros.
Antes y hoy desarmándose. Cayéndose sobre nuestras cabezas, y volviéndose a armar. Va a estar hasta el último de nuestros días. Y también después.Somos parte suya. En él estamos. De allí venimos. Es un pañuelo para nuestras lágrmas, y hacia él miramos cuando es demasiada la alegría. Cielo azúl infinito.
El que está preso, sin rejas desea volver a verte; por eso el descanso tiene ruta, mar, montañas, ríos, pero sobre todo, cielo.
Las ciudades son violentos hormigueos repletos de humo y rascacielos, en el fondo de sus arterias oscuras los hombres se aplastan unos a otros, y no se reconocen, a pesar de verse millones de veces repetidas. Pero cuando el celeste deja verse un poco, el pecho ya comienza a crecer, y el hombre a reencontrarse consigo mismo.
Botes bailando un valsesito muy lento entre las nubes. Morada preferida de los Dioses y los Muertos. Lienzo de la luna, oscura base rítmica que elige notas graves para que brille mejor la voz de las estrellas. Profundo misterio.
Los más grandes hombres y los más pequeños, los de todas las épocas, todos los animales de África, todas las cabras de Asia, los dinosaurios y los mosquitos han mirado el mismo cielo. Si los jefes de la tribu hubieran dedicado más de una noche a observarte, algunos más que aquella en que te confesaron en un ruego sus ambiciones, seguro que hoy la noche habría sido más clara.·.
GRACIAS X ESE AMANECER
del fuego se desprendió una llama,
que alejada por el viento formó el sol
el sol lo iluminó todo, creando el cielo
el cielo, cuando la primera noche,
pensó que el sol ya no volvería
y temblando de miedo en la oscuridad
lloró
y así se formaron las aguas.·.
.·.Cielo azul sobre nosotros.
Antes y hoy desarmándose. Cayéndose sobre nuestras cabezas, y volviéndose a armar. Va a estar hasta el último de nuestros días. Y también después.Somos parte suya. En él estamos. De allí venimos. Es un pañuelo para nuestras lágrmas, y hacia él miramos cuando es demasiada la alegría. Cielo azúl infinito.
El que está preso, sin rejas desea volver a verte; por eso el descanso tiene ruta, mar, montañas, ríos, pero sobre todo, cielo.
Las ciudades son violentos hormigueos repletos de humo y rascacielos, en el fondo de sus arterias oscuras los hombres se aplastan unos a otros, y no se reconocen, a pesar de verse millones de veces repetidas. Pero cuando el celeste deja verse un poco, el pecho ya comienza a crecer, y el hombre a reencontrarse consigo mismo.
Botes bailando un valsesito muy lento entre las nubes. Morada preferida de los Dioses y los Muertos. Lienzo de la luna, oscura base rítmica que elige notas graves para que brille mejor la voz de las estrellas. Profundo misterio.
Los más grandes hombres y los más pequeños, los de todas las épocas, todos los animales de África, todas las cabras de Asia, los dinosaurios y los mosquitos han mirado el mismo cielo. Si los jefes de la tribu hubieran dedicado más de una noche a observarte, algunos más que aquella en que te confesaron en un ruego sus ambiciones, seguro que hoy la noche habría sido más clara.·.
GRACIAS X ESE AMANECER
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