"Durante kilómetros de silencio planeabamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos andábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo.
¡Qué delicia la de tener un hombre tan ligero... aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas!
¡Qué voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes... la de pasarse las noches de un solo vuelo.
(...)Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de un hombre pedestre, y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando."
11 de diciembre de 2008
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